domingo, 22 de septiembre de 2013

Terminando el Sombrero

Terminar el sombrero de manzanas para la Reina de Corazones no es una tarea fácil. Sí, ultimar sombreros en esta vida puede ser algo bueno y necesario para nuestro crecimiento personal, aunque también puede ser muy complicado y engorroso. A veces terminamos sombreros horrorosos, que no nos dejan evolucionar y progresar en la vida. Cuya copa sólo incluye momentos de dolor y decepción. Es difícil saber si estás sumergido en un sombrero de este tipo, pero en cuanto lo descubres, la única opción viable es terminarlo con la cabeza bien alta. Sin embargo, cuando rematamos un buen sombrero y nos sentimos apenados por ello, pensamos que el siguiente sombrero puede ser bastante complejo y duro de tejer. No tiene por qué ser así. Tal vez el siguiente sombrero podría ser el mejor que hayamos construido jamás.
Arrepentirnos del 'Ahora o Nunca' no es la opción correcta. Sería dar mil pasos hacia atrás a estas alturas de la película. Las personas que nos quieren deben respetar nuestras decisiones, siempre que no vayan contra natura y que no tengamos que fastidiar a nadie por el camino. En estos momentos la única que me viene a la cabeza es Rose Dawson. Ella sí que terminó un sombrero. De esos que no dejan ver las caras de las mujeres en las bodas y que son de alta costura. Martirizada y torturada psicológicamente, dijo adiós a todo aquello que no quería y que odiaba profundamente para estar con el hombre al que amaba y con el que quería compartir su vida eternamente. Luego el destino fue otro, pero supo entender que en aquellos momentos de su vida era más importante la felicidad que todas las riquezas que su prometido pudiera dar. Así es, Rose Dawson comenzó el mejor sombrero que hubiese construido jamás.
No es malo comenzarlos o terminarlos, lo malo es estancarnos. Es importante aprovechar las oportunidades que nos llegan y bailar la deliranza hasta la muerte. Nunca se sabe si estamos ante un nuevo y fabuloso sombrero.

                                           
"¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?"
Vincent van Gogh (Pintor neerlandés)
                                          

viernes, 6 de septiembre de 2013

Gracias por Existir

"Dos amigos recorrían el Camino de Santiago. Un día, quizá por el cansancio, el sol y el polvo, uno de ellos pegó un empujón al otro. El empujado se paró y en la arena escribió: <<Hoy mi verdadero amigo me empujó>>. Pasaron las jornadas de caminata y, quien en su día fue empujado, estaba a punto de ahogarse en un río bravo. Sin pensárselo, su amigo se lanzó y le salvó. Acto seguido, escribió: <<Hoy mi verdadero amigo me salvó la vida>>. Pero esta vez lo grabó con una navaja en la piedra."
Son momentos duros, momentos para escapar corriendo, aquellos en los que abandonamos el juego y salimos perdiendo. No hay ganas para afrontar absolutamente nada y la tristeza deshoja los pocos pétalos que alegran nuestro rostro. Las heridas, traviesas y profundas, desmienten cualquier tipo de felicidad que mostremos ante las cámaras. Así es, nuestro dominio óptico no es capaz de percibir tal fenómeno del organismo. Maligno, perverso y tan dañino como el tabaco. Un virus inmortal.
Mantente alejado nos dicen los especialistas, tratando de resolver lo que no tiene solución y animando lo que la brisa abandonó. Pero cuando todo parece perdido, aparece, de la nada, como un sol naciente. Te esperaba amigo. Apareciste en el momento justo y necesario. No puedo estar más seguro de lo que digo. Los hilos fueron movidos de una forma extraordinaria. No sé quién, cómo ni por qué, pero lo hizo. Cerrar una puerta y abrir una ventana del tamaño del Big Ben sólo puede ser algo de origen divino, algo antinatural, algo que nuestras mentes no pueden alcanzar. Solamente queda decir gracias. Gracias por venir y estar aquí, por aguantar y prevenir. Por estar a la altura de las circunstancias y no desistir. En definitiva, gracias por existir.
                                        
                                                                                                       
"Siempre me ha parecido que a un ser humano sólo le puede salvar otro ser humano"
Heinz Günther Konsalik (Escritor alemán)
                                     

jueves, 29 de agosto de 2013

La salud mental no es un juego

Un buen equilibrio entre nosotros y nuestro entorno socio-cultural nos da una gran calidad de vida y por tanto, una salud mental favorable. El comportamiento de una persona en su vida diaria dice mucho de su salud mental. La manera de afrontar nuevos retos, conocer gente nueva o hacerle frente a situaciones difíciles o momentos traumáticos, permiten conocer en qué estado se encuentra la persona.
La convivencia con otras personas puede hacer que nuestra salud mental oscile entre valores máximos, que son aquellos momentos en los que estamos a gusto con nosotros mismos y tocamos con la yema de los dedos la propia felicidad, y mínimos, aquellos en los que no podemos con nuestra condición y tiraríamos a alguien por la ventana. Esto podría contribuir a muchas enfermedades somáticas y afectivas como la depresión o la ansiedad.
Cuidar nuestra salud mental no es fácil. A veces no queda más remedio que someternos a situaciones que no nos vienen nada bien y que debemos afrontar de la mejor forma posible. Y en algunos momentos en los que nos sentimos solos nos preguntamos si lo hemos perdido todo por nuestra mala cabeza. No todos los casos serán iguales, pero deberíamos pensar si realmente lo hemos perdido todo o nos hemos librado del mayor veneno de nuestras vidas y del peor arma de destrucción de nuestra salud mental. 
El mayor error que podemos cometer es empecinarnos en solucionar los problemas de los demás y verlos como si fueran nuestros. Podemos ayudar y dar opiniones, pero no CARGAR. Nuestra salud mental está en juego. Es un patrimonio que debemos cuidar y mimar por encima de todas las cosas.

                                         
"En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad"
Facundo Cabral (Cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino)

lunes, 19 de agosto de 2013

Todos los niños van al cielo

"La teoría del filantrocapitalismo me ha enseñado que no sólo el resolver el problema social de la educación produce una oferta de trabajadores calificados para las próximas décadas, sino que crea también consumidores valiosos e inteligentes. Lo que parece para ellos una caridad es en realidad un buen negocio cuando se mira bien. Varios estudios académicos han demostrado que invertir en educación es la inversión más sólida que puedes hacer. Por cada dólar invertido en la educación básica de un niño, eventualmente se le retribuirán 17 dólares al Estado. Si me preguntan, esa es una retribución increíblemente saludable para una inversión."
Crecemos en un ambiente entrañable, divertido, familiar y muy acogedor. Un ambiente muy diferente al que se someten miles de niños diariamente. Niños que no cuentan con una buena educación, no comen los alimentos necesarios para sobrevivir o no tienen las herramientas básicas para llevar una vida digna. Bien, si lo miramos así y sabemos aprovechar las oportunidades que se nos brindan, conoceremos lo que estos niños viven y la suerte que hemos tenido. Pero cuando en nuestro entorno nos ven como el mayor desecho de la sociedad nos preguntamos qué es mejor, si haber aprovechado todas las oportunidades que hemos tenido y de las que hemos sacado rentabilidad, o haber crecido como niños huérfanos sin una educación digna.
Parece mentira que hayamos vivido tanto tiempo juntos. Ahora empiezo a preguntarme si el mayor desecho de la sociedad soy yo o eres tú, que no estás dispuesto a evolucionar como persona, abrirte y querer a los tuyos por lo que son y por cómo son. Cierras la puerta y lloras mares de lágrimas como si nada te importara. Pero es algo tuyo, algo que salió de ti, de tus entrañas. ¿Vas a dejar que se vaya y tome su camino sin tu apoyo y tu amor incondicional?
Me niego a pensar que ese niño que creció contigo debe hacerse mayor. Se irá de casa, pero no lo dejaré crecer. Ese niño seguirá siendo niño. "El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta".

                                                         
"Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad"
Karl Augustus Menninger (Psiquiatra estadounidense)
                                                       

miércoles, 7 de agosto de 2013

Una gran celebración

Noté inquietud en su voz, como si temiera un peligro desconocido. La desgracia llamó a la puerta del Señor Chop, que se levantó temprano para ir a entrenar. Cuando abrió la puerta de su cuarto encontró a "Sombrita" tirado en el suelo, demacrado y con la cabeza desfigurada. Lo único que quedaba de su gran amigo, era el recuerdo y el tiempo que habían vivido juntos. "La casa del lago" era un lugar abierto donde el peligro, por muy pequeño que fuera, acechaba a todo ser viviente. El Señor Chop, después de llamarme y contarme lo sucedido, lloró aquella pérdida durante varios días.
Poco después me tocó a mí. Tras pasar una noche horrible soñando que "Angy" se escapaba de su jaula, me encontré a "Ani" tirada en el suelo de la suya. La verdad es que esa semana no les había hecho demasiado caso y la muda de plumas es una época del año en la que hay que atenderlos mejor y darles todo el cariño del mundo. Pero yo tampoco estaba por la labor y sinceramente, no era el mejor mes de mi vida. Mis lazos con "Ani" no tenían nada que ver con los que llegué a entablar con "Chispitas" o con "Onoria". Se trataba de una relación seca y sin contenido. Un saludo cordial, un besito de vez en cuando y pequeñas miradas de odio cuando le echaba de comer. No iba a echarla de menos: mi existencia no dependía de la suya.
Entretanto en "la casa del lago" se había propagado la noticia de que "la reina de la barrigota" había dado a luz. Se palpaba en el ambiente, se olía entre los árboles y se veía en los ojos de todos los que vivían allí. Era el momento de celebrar lo que esperábamos desde hacía varios meses. Por fin la "reina de la barrigota" dejó de tener aquella enorme barriga para traer al mundo a dos preciosas criaturas. Las llamamos "Chopy" y "Piecito". Esos días se celebraría una de las mejores fiestas del año.
Agazapados entre las plantas y las esculturas del jardín se encontraban la Señora Carmita y el perro "Lucas". Dos seres que yo no había conocido la primera vez que fui a "la casa del lago". La Señora Carmita era una mujer abierta, fuerte y con una mente prodigiosa. Yo sentía que nadie me había comprendido tanto en la vida como ella en ese momento. Me dejaba hablar y me escuchaba, dos cualidades que a mi parecer hemos dejado correr por los barrancos. Me sentía acogido en aquella casa y eso es algo que pocas veces he podido contar. Por otra parte estaba "Lucas", un perro enorme y gordito que cada vez que me miraba lo hacía con tristeza y dolor. Seguramente lo habrá pasado mal en su vida y ahora necesita amor de los que tiene a su alrededor. La juventud de "Chopy" y "Piecito" será la encargada de alegrarnos la vida en los próximos meses.

"Un hijo es como una lámpara en un lugar oscuro"
Proverbio indostaní
                                                

viernes, 17 de mayo de 2013

Aquellos miedos

"Cuenta una antigua fábula india que había un ratón que estaba siempre angustiado, porque tenía miedo al gato. Un mago se compadeció de él y lo convirtió… en un gato. Pero entonces empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago lo convirtió en perro. Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera. Con lo cual comenzó a temer al cazador. Llegado a este punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole: Nada de lo que haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un ratón." 
"No nos frena algo de afuera, sino algo de adentro. Nuestra opresión es interna. No nos frena el gobierno, ni el hambre, ni la pobreza. No tenemos miedo de que nos envíen a Siberia. Tenemos miedo y punto. Un miedo difuso... Tenemos miedo al fracaso y/o al éxito. Tenemos miedo de morirnos jóvenes y también de envejecer." 
 

"Tomar un nuevo paso, decir una nueva palabra, es lo que la gente teme más"  
Fiódor Dostoyevski (Escritor ruso)

sábado, 4 de mayo de 2013

Para ellas, Para ti

Estoy convencido de que la única persona que ha leído con detalle todos los artículos que he escrito en este periódico es mi madre. Además se los lee a mis hermanas, a sus amigas y por supuesto a las vecinas. Por cierto, qué personajes estos de las vecinas. Las dejamos para otro artículo que me lío. Vamos con lo más importante: MI MADRE.
Querido director, desde que escribo en esta sección, lo único cierto para su periódico es que venden todos los domingos un ejemplar más, el que compra mi madre. A las ocho y media todos los domingos baja de su casa en Mérida, cruza la calle, va 'al Alberto' y compra el Periódico Extremadura. Imagino que lo primero que hace es buscar este artículo, y lo sé porque ya no me llama todos los domingos por la noche para saber de mí y de mi familia, me llama los domingos a las 9 de la mañana. Por cierto mamá llámame un 'pelín' más tarde, sobre todo porque despiertas a las vecinas, y las mías también son personajes y algunas son difíciles. Siempre me dice que le ha gustado mucho el artículo. Tengo que esperar al domingo siguiente para que me diga que éste último le gustó más todavía. Y así, domingo tras domingo. Y que siga por mucho tiempo mamá, por favor.
Querido director, mi madre se llama Pilar y es una profesora excelente. Era su elemento. Y lo era porque encontró algo de lo que está enamorada y para lo que vale. La enseñanza. Y es una de las cosas que me ha transmitido. Ser profesor para mí es una pasión, mucho más que otras cosas. Gracias mamá.
Pensaba publicar esto que escribo el día de la madre, el primer domingo de mayo, pero, ¿para qué esperar? ¿Acaso espera ella para decirme que le gusta mucho? Es siempre la primera.
Querido lector, espero que entiendas que utilice este artículo para decirle a mi madre que la quiero. Y mucho. Es lo único que quería expresar hoy con estas líneas.
Llámame mamá. Ya estás tardando.
Y tú, ¿le has expresado lo mismo a tu madre?

Antonio Muñoz Sánchez  (28/04/2013)

                                                   
"Cada uno lleva en sí una imagen de la mujer, sacada de la propia madre; por eso se halla determinado a respetar a las mujeres en general, o a despreciarlas o a ser totalmente indiferentes respecto a ellas" 
Friedrich Nietzsche (Filósofo, poeta, músico y filólogo alemán)
                                                   

domingo, 28 de abril de 2013

Pichilillo

"¿Qué se me ha perdido en este país?" Se preguntaba "la más sabia" diariamente tras pasar unos minutos jugando con "Pichí" en la azotea. A lo que siempre respondía con las mismas palabras, "mi infancia". Sí, porque aunque no nos damos cuenta, según pasa el tiempo vamos dejando atrás aquellos niños que lloraban por cualquier cosa, chismoteaban ante cualquier situación y jugaban con lo primero que encontraban. "La más sabia" echaba de menos esos momentos en los que brincaba bajo la luz del sol junto a sus hermanas sin temer a la Señora insolación y haciendo caso omiso al "qué dirán". Poco queda de aquel tiempo en el que lo verde estaba por encima de todo lo demás.
Habían pasado más de once meses desde que comenzara aquella amistad tan peculiar y ya eran inseparables, eran una sola alma: cuando mi abuela entraba por la puerta de su casa, "Pichí" levantaba el cogote rápidamente; cuando les tocaba darse un baño, se daban manguerazos mútuamente; cuando había que cocinar, "Pichí" cantaba isas canarias. "Pichilillo", como le decía ella, había colmado de felicidad sus días de soledad. "La más sabia" era para él lo mismo que "Onoria" para mí. Una de esas pocas personas que dejan huella en tu vida.
Una mañana de Semana Santa me acerqué a conocer las nuevas especies del Loro Parque, ese gran parque temático lleno de loros, orcas, delfines y criaturas de medio mundo que adorna la costa del Puerto de la Cruz. No todos aquellos seres estaban por la labor de aguantarme, pero yo me dediqué a hacer fotos por todas partes. Me acordé de "la más sabia" cuando decía que unos seres dependemos de otros y que sin ellos, no sería posible subsistir. Obviamente yo no era capaz de entender eso con los tres bichos que tengo en casa. Por un lado estaba "Angy", que estaba tan dedicada a sí misma que no veía más allá. Luego "Ani", que con sus complejos de pájara enana, no contemplaba la belleza de la vida. Y por último "Pepín", que aunque no daba la lata, siempre estaba inmerso en multitud de situaciones. Así no era posible deducir nada ni entender las palabras de "la más sabia". Pero en el Loro Parque sí, no sólo por la cantidad de seres que habitan, sino por el aire puro que se podía respirar. Seguramente no me asfixiaría tanto si viviera en la selva del Amazonas. En fin, supongo que cuando el ser humano sea el único ser que exista, se replanteará muchas cosas.

"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha"
Victor Hugo (Poeta, dramaturgo y escritor romántico francés)
                                                          

viernes, 22 de marzo de 2013

La casa del lago

Había llegado a una especie de estanque y me detuve a contemplar la danza de las flores en el agua cristalina. Con un poco de miedo, me dejé guiar hacia abajo y encontré aquello de lo que tanto habíamos hablado en numerosas ocasiones. Una pequeña casa, que podia haber sido un maravilloso cuadro comprado en la Sala Conca, brillaba en el centro de aquel paisaje. Era tan real como la vida misma.
Es difícil llegar a pensar que una personalidad ya formada podría modificarse ante tal acontecimiento, sin embargo, el arte de aquel lienzo natural podía hacer que el malo malísimo se convirtiera en el más bueno y que el bueno bonísimo fuera la mayor rata de la cloaca. Ese desbarajuste sólo se llegaría a entender adecuadamente mediante la confusión que los que vivían allí te hacían sentir.
Por un lado estaba el Señor Chop. Un hombre serio y muy correcto que vivía luchando día a día contra los obstáculos que esta vida iba colocando a su paso. Apenas reía cuando me llevaba en su carro y su mirada siempre mostraba desconcierto y soledad. Pero abrirse ante su mejor amigo en la casa era lo mejor que le podia pasar. "Sombrita", un gato regordete y muy simpático, siempre estaba en esos momentos de deliranza Choperil. Cada dos por tres era atropellado en las afueras por algún coche, pero las oraciones de su amigo Chop causaban el regreso del gatito una y otra vez como si nada hubiera sucedido. Eran muy buenos amigos y su afinidad no era algo de dos días.
Por otro lado estaba la casa en sí. Una casa que suministraba agua al resto del pueblo y que se mostraba como un gran adorno entre las montañas. Por las ventanillas se podían ver a ambos costados las laderas de las montañas y abajo, muy abajo, los increíbles precipicios, cuyo fondo apenas se vislumbraba. La chatarra olvidada por el ser humano ocultaba cualquier resquicio de claridad que aquel lago pudiera tener.
Al ritmo de "Hung Up" decidí dar un paseo por la casa y responder la llamada de mi curiosidad. Un solo movimiento en falso sobre aquella casa y tu alma podría quedar sepultada bajo la chatarra mágica. Sin hacer demasiado ruido, subí por una escalera y encontré a la "reina de la barrigota". Una pequeña gatita que estaba embarazada, pero cuya barriga crecía y crecía, y jamás desaparecía. El Señor Chop decía que podría estar enferma, ya que aquello no era normal. Pero hace unos días escuchó unos pequeños maullidos que provenían de alguna cuevita cercana. ¡Estamos de celebración!, gritaba la casa por los cuatro costados.
El día que tuve que zarpar me sentí vacío mentalmente. Hace mucho tiempo que no descubría un lugar como aquel. Espero poder volver a la casa del lago en breve.

"Ninguna casa debería estar nunca sobre una colina ni sobre nada. Debería ser de la colina. Perteneciente a ella. Colina y casa deberían vivir juntas, cada una feliz de la otra" 
Frank Lloyd Wright (Arquitecto estadounidense)

lunes, 4 de marzo de 2013

Obstáculos

Voy caminando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras.
En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad.
Agudizo la mirada para distinguirla bien.
Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo.
Todas mis metas, mis objetivos y mis logros.
Mis ambiciones y mis sueños están en esa ciudad.
Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo que aspiro, lo que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad.
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella.
Al poco de empezar a andar, el sendero se hace cuesta arriba.
Me canso un poco, pero no importa.
Sigo.
Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino.
Al acercarme, veo que una enorme zanja impide mi paso.
Temo... Dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente.
De todas maneras, decido saltar la zanja.
Retrocedo, tomo impulso y salto...
Consigo pasarla.
Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja.
Vuelvo a tomar carrera y también la salto.
Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado.

Me sorprende un abismo que detiene mi camino.
Me detengo.
Es imposible saltarlo.
Veo que a un lado hay maderas, clavos y herramientas.
Me doy cuenta de que están allí para construir un puente.
Nunca he sido hábil con mis manos...
... pienso en renunciar.
Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente.
Pasan horas, días, meses.
El puente está hecho.
Emocionado, lo cruzo y al llegar al otro lado... descubro el muro.
Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido...
Busco la manera de esquivarlo.
No hay forma.
Debo escalarlo.
La ciudad está tan cerca...
No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar.
Descanso unos minutos y tomo aire...

De pronto veo,
a un lado del camino,
a un niño que me mira como si me conociera.
Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí mismo... cuando era niño.
Quizá por eso me atrevo a expresar en voz alta mi queja.

-¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?

El niño se encoge de hombros y me contesta.

-¿Por qué me lo preguntas a mí?

Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras...

Los obstáculos los trajiste tú.

Jorge Bucay (Psicodramatista, terapeuta gestáltico y escritor argentino) 

"Los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta"
 Henry Ford (Empresario estadounidense, fundador de Ford)

sábado, 16 de febrero de 2013

Era importante para ella

Recuerdo que una vez dije que lo que era importante para mí, podría no ser tan importante para el resto. Pues bien, creo que con los años vamos aprendiendo a entender que lo que es importante para nuestros amigos acaba teniendo la misma importancia para nosotros.
Era importante para Isabel Lobo hablar las cosas con su hermana Almudena. Creyó que si dejaba pasar mucho más tiempo, el cúmulo de cosas aglomeradas en el saco podría convertirse en un gran agujero negro de alcance indeterminado. "Talk is cheap" según Madonna en su canción "Sorry".
Era importante para Emilia Soria utilizar aquella tarjeta de crédito encontrada en la calle para comprar comida y pañales a sus hijas. Una madre desesperada que fue condenada por este hecho y tuvo que realizar servicios sociales durante un tiempo. Le comunicaron que en poco tiempo podría ingresar en la cárcel, por lo que comenzó a mover cielo y tierra escribiendo a todas las instituciones posibles, incluyendo al Rey. Pero ahí estaba su pueblo para volcarse en ella. Grandes concentraciones televisadas en AR, periodistas difundiendo el caso por todos los medios e incluso un autobusero que paró en pleno trabajo para firmar lo que fuese. Se consiguió que un abogado acudiera al Tribunal de Ejecución número trece, y allí, un juzgado de ejecución humanitario, cerró el expediente. Todo había acabado, Emilia no iría a la cárcel.
Esto era importante para ella, pero si no hubiese sido importante para el resto del pueblo, Emilia habría ido a la cárcel sin pena ni gloria. Si queremos hacer algo debemos hacerlo ya, porque "el tiempo no da tiempo al tiempo".


"Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga"
Mahatma Gandhi (Abogado, pensador y político indio)