miércoles, 7 de agosto de 2013

Una gran celebración

Noté inquietud en su voz, como si temiera un peligro desconocido. La desgracia llamó a la puerta del Señor Chop, que se levantó temprano para ir a entrenar. Cuando abrió la puerta de su cuarto encontró a "Sombrita" tirado en el suelo, demacrado y con la cabeza desfigurada. Lo único que quedaba de su gran amigo, era el recuerdo y el tiempo que habían vivido juntos. "La casa del lago" era un lugar abierto donde el peligro, por muy pequeño que fuera, acechaba a todo ser viviente. El Señor Chop, después de llamarme y contarme lo sucedido, lloró aquella pérdida durante varios días.
Poco después me tocó a mí. Tras pasar una noche horrible soñando que "Angy" se escapaba de su jaula, me encontré a "Ani" tirada en el suelo de la suya. La verdad es que esa semana no les había hecho demasiado caso y la muda de plumas es una época del año en la que hay que atenderlos mejor y darles todo el cariño del mundo. Pero yo tampoco estaba por la labor y sinceramente, no era el mejor mes de mi vida. Mis lazos con "Ani" no tenían nada que ver con los que llegué a entablar con "Chispitas" o con "Onoria". Se trataba de una relación seca y sin contenido. Un saludo cordial, un besito de vez en cuando y pequeñas miradas de odio cuando le echaba de comer. No iba a echarla de menos: mi existencia no dependía de la suya.
Entretanto en "la casa del lago" se había propagado la noticia de que "la reina de la barrigota" había dado a luz. Se palpaba en el ambiente, se olía entre los árboles y se veía en los ojos de todos los que vivían allí. Era el momento de celebrar lo que esperábamos desde hacía varios meses. Por fin la "reina de la barrigota" dejó de tener aquella enorme barriga para traer al mundo a dos preciosas criaturas. Las llamamos "Chopy" y "Piecito". Esos días se celebraría una de las mejores fiestas del año.
Agazapados entre las plantas y las esculturas del jardín se encontraban la Señora Carmita y el perro "Lucas". Dos seres que yo no había conocido la primera vez que fui a "la casa del lago". La Señora Carmita era una mujer abierta, fuerte y con una mente prodigiosa. Yo sentía que nadie me había comprendido tanto en la vida como ella en ese momento. Me dejaba hablar y me escuchaba, dos cualidades que a mi parecer hemos dejado correr por los barrancos. Me sentía acogido en aquella casa y eso es algo que pocas veces he podido contar. Por otra parte estaba "Lucas", un perro enorme y gordito que cada vez que me miraba lo hacía con tristeza y dolor. Seguramente lo habrá pasado mal en su vida y ahora necesita amor de los que tiene a su alrededor. La juventud de "Chopy" y "Piecito" será la encargada de alegrarnos la vida en los próximos meses.

"Un hijo es como una lámpara en un lugar oscuro"
Proverbio indostaní
                                                

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