Un año más llega la época en la que todos creen que hay que ser más solidarios, más amables que nunca, más amigos de nuestros amigos, pero ¿por qué hay que ser así o sentirse así sólo dos semanas al año? Parece vergonzoso pensar que siempre hay intereses en este tipo de fiestas, pero el movimiento humano que recorre las calles da lugar a ciertas palabras que habían quedado olvidadas dentro del cajón. El consumismo y el materialismo aparecen sin querer en una supuesta época de crisis donde más de la mitad de la población mundial anda buscando sus regalos navideños entre los escombros.
La Navidad es una de las fiestas más importantes dentro del cristianismo y celebra lo que se conoce como el nacimiento de Jesucristo en Belén. Podemos extendernos en este significado, podemos añadir personajes en la historia o podemos convertirlo en realidad haciendo el típico portal de Belén, pero no todo el mundo sabe realmente qué sentido tiene la Navidad.
A principios de diciembre comienza una gran batalla a la hora de enramar las calles del pueblo, los centros comerciales, las plazas y por supuesto no olvidemos las fachadas de las casas, donde los vecinos se pelean por el premio a la casa mejor decorada del año. Un premio que no existe, pero el que se lo lleva sabe perfectamente lo que hizo y cómo lo hizo.
¿Unión en Navidad o "Navidad" en la unión? Digo esto porque mucha gente cree que es una época donde la unión está por encima de todo, aunque el resto del año cada uno lo haya pasado en diferentes esquinas de la casa, sin pensar que hay más gente en ella. Puede que este acercamiento se deba a la montaña de regalos que uno recibe sin venir a cuento y luego deja olvidada tras la puerta o dentro del armario. Es un hecho que me hace pensar que no hay necesidad de esperar a que llegue la Navidad para darnos cuenta de que estamos rodeados de personas que nos quieren y que siempre están ahí para lo bueno y para lo malo.
"La unión hace la fuerza"
Esopo (Fabulista griego)
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