martes, 24 de agosto de 2010

Mañanas con Sonido

Una mañana se presentó una gata embarazada en el edificio donde vivo y se quedó allí durante un largo rato. Luego se volvió a ir y apareció al día siguiente con la misma cara de tristeza con la que yo la había visto el primer día. Pasaron días y días y la gata seguía viniendo, hasta que un hermoso día me asomé al balcón de mi piso y no solo vi a la gata, había 4 gatos más, seguramente los había tenido esa misma noche. 
Llegó un día en el que uno de los gatitos había desaparecido, puede que haya muerto, puede que haya escapado o simplemente que alguien de mi propio edificio lo haya cogido y lo tuviese en su piso. Tras este acontecimiento la gata no se apartaba de sus tres hijos, seguía todos sus pasos, no los dejaba salir a la calle e incluso mostraba rabia cuando alguien intentaba acercarse a ellos.
Otro horrible día de este verano y después de dos meses en los que la gata estuvo en mi edificio, desaparece con uno de los gatitos, quedándose a solas dos de ellos, uno negro completamente y el otro gris con rayas marrones. Pasaron días en medio de aquellos árboles y con el único alimento que se les daba, ya que ellos aún no eran capaces de cazar su comida y nadie estaba por la labor de verlos pasando hambre.
En estos últimos días los gatitos se muestran muy sociables y maullan a la luz de la luna con sus vocecitas agudas y débiles, sintiendo unas enormes ganas de vivir esta oportunidad que la vida les brindó. Cada vez que alguien sale del edificio están ellos con una gran sonrisa dispuestos a dejarse acariciar y a sentirse protegidos durante unos segundos.
Hoy mismo no necesité ningún despertador para salir de mi cama, eran las 8 cuando uno de ellos empezó a maullar como un loco sin dejar pausa entre cada maullido. Una persona había ido a buscar su coche al garaje y el gatito negro se había quedado atrapado en aquel cuarto oscuro lleno de telas de araña y con un único hueco por el que entra el aire. Se sintió perdido, asustado, atemorizado ante aquella situación, nadie acudía a rescatarlo y su hermano se encontraba al otro lado de la puerta, el cual había oido sus gritos y no tenía las herramientas adecuadas para hacer algo. Alguien volvió a abrir el garaje y el gatito salió como un preso que lleva siglos encerrado en su jaula, con la única esperanza de ver a su hermano y de volver a la normalidad. Allí estaba, esperando como aquella familia que espera ansiosa la vuelta de su hijo, hermano o simplemente familiar.
¿Qué hubiese pasado si la gata fuese una mujer? No podemos comparar a los animales con las personas, pero estamos todos en el mismo mundo, ¿no? Con las mismas posibilidades de sobrevivir si nos econtramos en la calle, donde debemos buscar alimento de cualquier manera y sin importar los medios con los que lo consigamos.

¿Creen que este tipo de situaciones sólo le ocurre a los animales?
Ahí dejo eso...

"Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz"
Friedrich Nietzsche (Filósofo, poeta, músico y filólogo alemán)

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