Parece que la cosa no acababa aquí, unos visitantes inesperados aparcaron por fuera de mi casa, no se sabe con qué intenciones, pero está claro que es época de apareamiento. Tres forasteros andan merodeando por mi edificio, uno de ellos igual al gato gris que ya estaba, otro negro muy oscuro y uno que mi hermano tiene vigilado pero que yo aún no he visto.
¿Qué hacen todos estos gatos pululando sin ningún sentido? Pues resulta que llevando a cabo ciertas investigaciones, he llegado a la conclusión de que en casa ya teníamos una hembra (el gris) y un macho (el negro), y que estos tres señores pretenden aparearse con la hembra.
¿No les parece curioso? A mi sí, sobre todo porque cada día los gatos se me parecen más a los humanos. Puede que no haya que generalizar, de hecho yo no me identifico con este comportamiento, pero siempre solemos recibir visitas de gente inesperada. Hay gente que te lleva visitando desde hace un tiempo porque comparte algún tipo de actividad contigo, ya sea deportes, marchas, clases de universidad, sexo o cualquier otra cosa. Luego están los que aparecen de la nada y de alguna manera u otra dejan huella en ti, te hacen ver que debes confiar en ellos por encima de todo y que vuestra compenetración va a sobrepasar montañas. Y por último están los que dicen estar y nunca ves, supongo que este caso no está tan asociado a los gatos pero se puede poner dentro de la clasificación.
Así es, actuamos como gatos, una conclusión a la que no es muy difícil llegar si los observamos con frecuencia. En el caso de los gatos se puede ver que siempre hay algún tipo de interés, ningún gato va a ver al vecino para llevarle las cartas o para recogerle la ropa si hay viento. ¿Creen que en el caso de los humanos no hay ningún tipo de interés cuando nos acercamos a otras personas?
"Sólo los buenos sentimientos pueden unirnos; el interés jamás ha forjado uniones duraderas"
Augusto Comte (Pensador francés)